Es asombroso considerarse amante de los animales y no
dejarles sin embargo ser eso: animales, la posesibidad de nuestros compañeros
animales nos hace a los humanos desvincularnos completamente de la naturaleza y
por supuesto de ellos, que viven la naturaleza mucho más intensamente que la
mayoría de nosotros, sin intención de vivir de otra manera.
No es amante de los gatos quien pretende que no le estropee
las cortinas mutilándoles las uñas y parte de sus garras, ni lo es quien
pretende cambiar el aspecto de un boxer dejándole simplemente un muñón por
cola... ¿Realmente estas personas se habrán parado a pensar lo que conlleva
para un animal que le corten parte de su cuerpo? Bueno, intentaremos hacer
desde aquí un breve repaso a lo que significa cada una de las operaciones
frecuentes que se realizan a los animales.
Caudectomía: corte de cola
Para entender por qué comenzó a cortársele la cola a los
perros, habría que remontarse al s.XIX. Las peleas de perros estaban mejor
vistas que ahora, y eran frecuentes. Las partes más fáciles de morder y atacar
son precisamente las orejas y el rabo, las más vulnerables por la posición que
tienen, por lo que la forma más eficaz de minimizar este tipo de mordiscos es
cortárselos.
Además, muchos perros tienen una fortaleza extraordinaria en
la cola, que tiene internamente y a cada lado una vena con facilidad para
romperse con los golpes. Muchos de estos perros, al mover el rabo, lo hacen
chocar contra el suelo, las paredes o lo que tengan cerca y esto les ocasiona
roturas de las venas que provocan inflamación e infección en la cola. En muchos
casos hay que mutilarlos. Es por ello que existe la creencia de algunos
cuidadores de que se les corta el rabo para prevenir estas infecciones. Sin
embargo, es una prevención un tanto traumática para el animal, que ni siquiera
sabemos si tendrá este problema.
Por otro lado, algunas razas como el Cocker sí tenían
problemas al enredárseles la cola entre los matorrales. Solución: cortar por lo
sano, nunca mejor dicho.
Y además, también en el siglo XIX la sociedad comenzó a cortar
los rabos, como por ejemplo al Bobtail, para diferenciarlos de los perros de
alta sociedad, con cola larga, que debían pagar un impuesto por ello.
Así comenzó una moda ciertamente cruel que tiene bastantes
connotaciones:
Los perros utilizan la cola para comunicarse, tanto con
otros animales como con el ser humano. Si le cortamos este medio de
comunicación, el perro está predestinado a no entenderse adecuadamente con
otros perros, y esto puede ocasionar peleas, que desembocan en agresividad o en
miedo a la hora de socializarse por temor a la respuesta de los otros perros.
Sólo una persona que sepa puede hacerlo, pues si no se
realiza correctamente puede haber problemas y derivar en nuevas intervenciones
en un futuro e incluso pueden producirse lesiones medulares.
Si no se cura como debe, hay posibilidades de que se generen
infecciones.
Cortarle el rabo a un perro debe hacerse cuando tienen unos
pocos días de vida, y con anestesia general, lo cual conlleva un alto riesgo
para el cachorro, además de los daños físicos y el dolor que tendrá en los
primeros días de vida.
Otoectomía: corte de orejas
Una de las razas que más activamente ha sufrido el recorte
de las orejas ha sido el Dobermann. ¿Y por qué? Pues porque de esta forma la
cara del perro tiene un aspecto mucho más fiero y da más miedo entrar a robar
allí donde se encuentra haciendo sus labores de guarda.
boxer-con-y-sin-otoectomia
Es puramente estético, pues no tiene ninguna ventaja para la
función que la raza desempeña. Y no sólo nos parece más fiero a nosotros, sino
que a sus compañeros perrunos les ocurre exactamente lo mismo.
Estos perros con las orejas recortadas las tienen normalmente
para arriba, lo que es una clara señal de alerta y en cualquier caso no es muy
amistosa, por lo que, igual que ocurría con los rabos, está lanzando señales
equivocadas sin quererlo, y obteniendo reacciones a esas señales soberbias. Y
esto no cambiará durante el resto de su vida. Pitbull, Boxer, American
Stattford... son otras de las razas que más comúnmente son mutiladas en las
orejas para causar una impresión más agresiva.
Cierto es que es relativamente frecuente la otitis en perros
de oreas caídas, puesto que tienen menos ventilación que las orejas erguidas, y
en caso de secreción es más sencillo limpiarlas si no caen hacia abajo.
También es cierto que la agudeza auditiva mejora sustancialmente al recortarles
las orejas, pero hay que recordar que las razas están hechas a capricho del ser
humano y en cualquier caso no se justifica potenciar una cualidad a un perro
con el sufrimiento y el riesgo que conlleva conseguirlo.
De nuevo hablamos de anestesia genera, algo que los perros
deben evitar lo más posible.
Durante el post-operatorio, el cachorro no tendrá
posibilidad de jugar y revolcarse en los parques como haría normalmente,
mermando su capacidad de socialización.
Las posibles infecciones pueden ser relevantes, obligando al
animal a sufrir por períodos prolongados y a no socializarse por tener una
herida abierta, esperando a ser cicatrizada.
Se está eliminando un protector natural de los conductos
auditivos. Por supuesto, los problemas de comunicación con otros perros
y con las personas, pues orejas y rabo son partes fundamentales en el lenguaje
corporal del perro.
Cordectomía: corte de cuerdas vocales
No hace falta ser muy lince para saber por qué alguien
querría que su perro no tuviera cuerdas vocales. En nuestro afán por tener perros-peluche
hemos ido creando razas cada vez con caras y comportamientos más de cachorros y
durante más tiempo para poder tener un juguete vivo sin importarnos demasiado
la salud, las posibles implicaciones para la vida del perro o su bienestar.
En este caso hablamos de perros que no ladran. Una verdadera
maravilla para no tener que escuchar a los vecinos quejarse ni despertarse
sobresaltado a las 4 de la mañana porque un gato se ha posado en el poyete de
la ventana y nuestro perro se ha puesto de los nervios.
La barbaridad y la falta de lógica no tienen fin. Por
supuesto el problema de comunicación en todos los sentidos es más que evidente.
Perros que no ladran... y aquí nos preguntamos si no es mucho más interesante
invertir en una buena educación del perro en lugar de gastarlo en una operación
de este tipo.
Desungulación: estirparle las uñas a los gatos
Las uñas y las falanges de las patas delanteras,
concretamente. Esta es la mejor forma de que el gato no arañe los muebles, no
suba por las cortinas, no sea... gato.
Con la cantidad de gatos de peluche que podemos encontrar en
cualquier tienda, no se consegue entender el por qué de esta
práctica tan cruel, que inhabilita al gato a jugar, cazar, e incluso andar
correctamente. Un gato sin sus uñas, sin sus patas completas, es sólo una
versión reducida de un gato... y sin embargo se siguen quitando las uñas a los
felinos domésticos.
¿Problemas para el gato? Aquí van algunos:
Como ya se ha comentado, reduce sus juegos y su esencia de
caza.
Puede llegar a producir cojera, pues al quitarle las
falanjes el gato debe caminar de una manera diferente a la que le pide su
anatomía, para la operación es necesaria la anestesia general, y como
ya hemos visto, esto conlleva riegos para el animal, que debe estar fuerte de
salud para minimizar los posibles problemas.
Y qué dice la ley...
"No está permitido practicar este tipo de
mutilaciones a nuestras mascotas salvo las intervenciones que sean necesarias
por salud o en el caso de eliminar la reproducción y por supuesto con
asistencia veterinaria."
Aún así, veterinarios de manera clandestina o
"matasanos" sin conocimientos veterinarios continúan mutilando a
nuestros animales. Incluso, cualquier descerebrado sin escrúpulos lo hace
directamente a su mascota con todo el derecho, pues para eso le pertenece.
Prácticas detestables que nos enseñan que aún tenemos mucho que aprender y
avanzar en cuanto a respeto animal se refiere.
Fuente: http://www.mascotea.net/es/blog/2014/01/16/la-mutilacion-en-los-animales-de-compania
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